30 de abril de 2007

Pablo (Parte III y última)

- ¿Cómo que no sabes como es el azul? Si sabes que es el color del cielo…

- No, no me entiendes. Sé que la manzana es roja cuando está madura, se que la hierba es verde y que el cielo es azul porque me lo enseñaron de pequeño; pero no tengo ni idea de cómo son los colores. Ni la luz, ni el brillo ni las sombras… Lo veo todo negro… negro.

- ¡Joder claro! No has visto nunca nada, no puedes comparar. No sabes cuanto lo siento, me encantaría que pudieras ver lo que estoy viendo ahora mismo

- No te preocupes. Oye dime una cosa. ¿Soy guapo?. Haber entiéndeme, ya se que dicen que los pablos son feos, pero ¿me salvo yo?

- Claro que eres guapo, si no, no hubiera venido contigo hasta aquí, por eso y porque te quiero

- A veces me pregunto por que tengo tanta suerte al tenerte junto a mí

- Las mujeres son raras, a algunas le gustan gordos a otras nos gustan ciegos… Pero basta de bromas y aclárame una cosa: Si nunca has visto nada ¿Qué es lo que sueñas?

- Eso es lo que me tiene desconcertado. Siempre, que yo recuerde, he soñado con sensación de movimiento, con olores, con sabores, con sentimientos… Pero desde hace un tiempo a ésta parte vengo soñando con figuras humanas, con árboles, con mares, con nubes, y con un barco.

- ¿¡Qué!? ¿Con humanos y con mares? ¿Pero cómo sabes lo que son si nunca has visto eso?

- Esa es otra, no se que lo son. He dibujado todo lo que he visto, y me lo han dicho.

- ¿Pero cómo puede ser eso? ¿Cómo puedes ver esas cosas si nunca los has visto?

- Dicen que es la memoria genética, sueño con lo que vieron nuestros antepasados; hace miles y miles de años, por eso veo naturaleza.

- Pero ¿y el barco? ¿y los colores de las cosas?

- No es un barco, es un velero. Y no creo que vea colores, creo que son contornos, o eso me han dicho.

- ¿Un velero? Pero hace miles de años no había veleros.

- Ya, ya lo se. Por eso has venido éste viaje. Por eso estamos sentados en medio del desierto.

- ¿Qué quieres decir? Estoy empezando a pensar de todo Pablo

- ¿Aún no lo entiendes? No quiero decir nada pero de los dos tú eres la que puedes ver

- Déjate de bromas, ¿Qué está pasando?

- Verás, me he informado. Todos los que sueñan con éste tipo de imágenes, sueñan lo mismo que yo, todos creen que es un barco, un velero. Yo así lo creía pero ahora ya se lo que es…

Es una pirámide… Como las que tenemos enfrente.

- ¿¡Que!? ¿Una pirámide?

- Sí, pero no me interesan como monumento. Se me aparecen borrosas, las sueño muy pequeñas, me están invitando a entrar en ellas…

- Me estás asustando.

- No te asustes, verás. Napoleón y Marco Polo son las únicas personas que han pasado la noche en la Gran Pirámide solos. Sin nadie. Según sus memorias los dos se quedaron solos, mandaron a su séquito a casa y se quedaron totalmente solos.

- Y bien…

- Tuvieron una revelación, por la mañana salieron pálidos y descompuestos. Cada uno en su época, pero les pasó algo. No dijeron nada de lo que pasó ahí dentro a nadie. Según dijeron, aunque lo contaran, nadie les hubiera creído. Tal vez se les reveló la gran verdad.

Yo voy a ser el tercero y tú me vas a ayudar.

- Estás loco Pablo. ¿¡Cómo vas a pasar ahí la noche!? ¡Y sólo! No pienso entrar ahí contigo

- No, no te necesito ahí dentro, tengo que hacerlo sólo. Te necesito fuera. Para eso te he hecho traer la pistola de tu padre.

- ¿Para qué me has hecho traerla?

- Para que mates a los tres vigilantes de cada entrada, te alejes a un par de kilómetros y mates a todo el que se acerque durante la noche. Tienes suficiente munición para no tener problemas

- Te quiero…

Víctor

Y recuerda: Todo esto es mentira...

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