14 de febrero de 2007

Era inevitable

¿Conoces esa sensación en la que ves pasar el amor de tu vida y no eres capaz de dejarlo marchar?

Es entonces cuando en una fracción de segundo logras escribir entera vuestra historia, y te es realmente fácil, pues te sueñas contemplándole a la luz del mediodía, sueñas en como te mira distraído, y te envalentonas castigándote, te sueñas hablando mas alto de lo normal para que escuche como eres, todo lo que sabes y lo bien que hablas, sueñas en como se acerca sigiloso y se cuela en tu entorno para espiar tus movimientos y agazapado observar, te sueñas distraída pensando en un mañana y posándose delante de ti, te busca sin saber que te ha encontrado… Un poco mas cerca, en esencia y en el tiempo, sueñas en como os interrumpís sin querer, y reís, sueñas en la extraña facilidad que tenéis para coincidir en cualquier lugar, sueñas en como sería todo si ni tu ni el estuvierais y sueñas complacida que nada tendría sentido. Sueñas en perderte entre las hebras de su pelo, entre los hilos de su ropa, entre los poros de su piel, entre todos los matices de su aroma, y respirar inundando los pulmones, molestando al corazón, y caer redonda. Le sueñas, y con alma de pintor le dibujas como quieres y no como es. Sueñas en como olvidarle, sueñas en la peor postura, concentrándote en el dolor y así expulsarle de todos tus pensamientos, te sueñas pensando en mil artimañas para distraerte, pero sin motivo aparente, con los dedos y las manos doloridas, le desnudas vestido y le sueñas sin cesar.
Es entonces cuando te has lanzado al destino sin paracaídas. Sueñas que tu mente baila sola al son de un tintineo, de un azar, incomprendida, obviando la necesidad de discernir entre deseo y realidad. Sueñas en como decírselo, sueñas que memorizas cada punto, cada coma de tu guión bien preparado, sueñas y te ríes cuando ves el resultado y piensas que nada de lo que has dicho era lo previsto, mas era lo adecuado y le ha encantado. Sueñas en como lo extraño va tornando a normalidad, en como lo que antes eran anhelos ahora son palabras del olvido convertidas en besos de adolescente, sueñas en la facilidad con la que pronuncias un “Te quiero” a la luz de lo oscuro en su oído aturdido de ardor cohibido. Sueñas en fugarte para no volver, sueñas que todo empieza, que marcha bien, sueñas que la gente rumorea y sueñas en cuanto te gusta. Sueñas como tus pantalones pesan cada día mas y mas y es entonces cuando rompes de un impacto el discerniente muro de incredulidad que se erige entre vosotros y le besas con pasión, con humildad, sellándole los labios para nunca mas respirar ni nada común pronunciar.
Es entonces cuando todo lo irreal, todo lo soñado, todo lo inusual e imaginado se convierte en realidad y existe, se crea el amor entre vosotros dos, brindando sin vino a la luz de tus piernas y rogándole al ciego mundo que jamás acabe con esta efigie de placer que sois vosotros dos, y sueñas con el final del dolor, con la emoción, con el sentimiento de no saber con quien despertarás mañana, sueñas que sois dos almas entrelazadas, caminar y en tus manos sentir mas dedos de los que habitualmente hay, y besarlos y marcarlos con tu hedor de enamorada, sueñas en seguirle hasta el infierno y entre la oscuridad de dos conos ardientes cantarle versos y sonatas, compuestas por trovadores de medio pelo, de voz rota, versos de medianoche surgidos del corazón. Sueñas con bailar por los pasillos, ignorando las miradas lastimosas de piratas consagrados y delante de los pobres, comer pan. Sueñas soñar tumbado en la arena, con su boca en la tuya, esperando un suspiro que responda al tuyo, un “Te quiero” que confiera confianza ciega y un lamento de romántico empedernido; perdida en el basto desierto, el más complejo de los laberintos: sin puertas que atravesar, ni paredes que escalar, ni salida que hallar, tu mente inhóspita, oscura y deshabitada, concerniente de lo mágico, de nuevo fantaseando.
Es entonces cuando la culminación de lo sarcásticamente real debe realizarse, cuando la expresión mas elaborada de amor debe ser interpretada y traducida a actos impuros, cuando sin tapujos ni obstáculo ninguno debéis convertiros en solo uno. Entonces sueñas en como todo está preparado, sueñas en como cada matiz de la insípida cena recorre tu paladar haciéndolo estremecer, sueñas soñar en el después del postre y actuar, te sueñas pensando en que hacer para nada estropear y descubres horrorizada que se te olvida algo, sueñas como la paranoia se apodera de ti y estropea tu ser, introduciéndose en cada uno de tus pensamientos, no te deja pensar, ni respirar, ni tan siquiera hablar, todo tu cuerpo desea descubrir el salvoconducto que te lleve a olvidar lo olvidado y disfrutar, sueñas como llega en forma de beso y tiernamente te rindes al placer. Sueñas como todo se para, como cada instante es para dos, sueñas como todos tus músculos se tensan desobedeciendo a tu cerebro, pues ahora es el corazón el que canta, sueñas como brillantes visiones llegan hasta lo mas profundo de tu ser y te roban suspiros exasperantes de lo erótico, sueñas como mágicamente os vais convirtiendo en uno, como ahora los dos formáis parte del otro. Sueñas que su aliento se confunde con el tuyo y tu sudor es el suyo, sueñas que no cabe ni un alfiler entre los dos, sueñas sentir una increíble presión en tu centro carnal que se desvive por aguantar enhiesto y no decaer hasta el final, sueñas como la suave melodía del atardecer marca el paso de los movimientos y alternativamente eres música y placer, sueñas sentir olas gigantes de pasión, y mientras todo vuelve a su verdadero ser, mientras el mundo recupera su forma hostil, mientras las sonrojadas colinas de tu pecho pierden excitación, mientras la hipocresía vuelve a poblar cada una de las almas anónimas de este horripilante teatro, mientras el hado reparte desgracias a los desgraciados y mas comodidad a los ricos y avaros, mientras unos pocos se plantean el seguir o no, mientras tu y yo alcanzamos el clímax envueltos en sueños de almas desalmadas; hacerte el amor. Y cuando estas a punto de llegar al mas intenso de los orgasmos que jamás podrás sentir en toda tu existencia, un orgasmo animal, para luego no recordar nada y simplemente despertar, en ese preciso momento en el que todos los sentidos a flor de piel están a punto de sentir el punzante dolor de los alambres de los cuerpos y expirar salvajemente…, despertar.
Es entonces cuando aturdido, intentas volver a mirar al amor de tu vida, y se ha esfumado.

Dime, ¿Conoces esa sensación?...

Víctor

Y recuerda: Todo esto es mentira...

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