3 de marzo de 2007

Sueños



Soñando soñar,
soñé que soñaba,
y que me mecían tus sueños,
donde soñabas conmigo,
y en ellos yo dormía.
En mi sueño soñado,
yo te soñaba desnuda,
te soñaba a mi lado,
te soñaba nadando en la sombra
te soñaba soñando que no te quería,
en mi sueño dormido
yo te soñaba soñando conmigo.
Soñando, soñabas que tu sueño se dormía,
y yo con él, lento y pronto me iba,
soñabas que no volvía, que ya no dormiría
y que jamás soñaría.
En mi sueño acabado,
el silencio cantaba y reía,
tu voz ya no hablaba,
tu cuerpo no bailaba,
y tus sueños no eran los mismos.
En tu sueño nocturno,
todo suena a pesadilla,
todo negro, todo absurdo,
todos los sueños del mundo,
abiertos, destripados por los míos.
Y soñé que surcaba las espaldas de los sueños,
y que todos en uno, el mío eran.
Ondulándose como un mar de trigo.
Cimbreando almas en caminos abruptos.
Haciendo sexuados vestidos.
Trazando la penumbra,
que alambra el desatino de soñar hasta la muerte,
o al menos hasta el alba,
y con mis manos despertares olvidar.
Cuando quiera o cuando pueda,
mientras vadeo los ríos,
los de siempre, los de nunca,
de tus sueños, de los míos.

Soñando entre mis sueños,
soñé que te quería,
soñé que atravesaba tus sueños,
y me soñabas pequeño
soñé que desordenaba tus miedos,
y que escribía poesía en las paredes de tu cuerpo.
Soñando contigo, me salí del cuerpo,
viajé buscando el fin del mundo
y no lo encontré, me perdí en tu mente,
cuaderno en blanco, jardín perenne.
Soñando, soñé
que arañaba la madera del baúl de los sueños perdidos,
me encontré con su guardián,
me dijo que los sueñas no eran nada
que yo no existía,
que no me querías,
me dijo que yo era mentira,
y luego se esfumó.
Corrí, le perseguí y no lo encontré,
le busqué por los bosques, por los ríos,
y soñando planear hasta la cima de tus labios,
soñé verte en el ocaso del alba,
soñé que en tus sueños había historias de miedo,
creadas por los míos,
soñé con el futuro, incierto,
soñado por ti y por mí,
y entonces con un alma entre los dedos, resbalé.
Caí encima de tus pesadillas,
rocé con mis labios la locura al despertar,
y eché un vistazo melancólico a mis poesías inacabadas.
Soñé que caí en tus sueños, soñados por mí
sentí el dolor de tu rechazo,
y entonces desperté, abrí los ojos, reí y lloré…


“Sueña, y disfruta cuando veas que tus sueños no se cumplen…”

Víctor

Y recuerda: Todo esto es mentira...

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